“Children of men” (Alfonso Cuarón, 2006)

“Los hijos del hombre” es una película basada en la novela homónima de P. D. James publicada en 1992, trata sobre un futuro distópico (2027) en el cual una pandemia de infertilidad ha provocado una cris social. Tenemos a una sociedad desilusionada esperando el fin de la humanidad promovida por el gobierno y un grupo de rebeldes esperanzados en seguir poblando la tierra. ¡Cuidado con los spoilers!

¿Un futuro en el que los humanos estén en peligro de extinción? No veo cual es el problema. No le podría pasar algo mejor al planeta… pero en la película es una tragedia. No se sabe porque los humanos dejaron de concebir. La historia nos sitúa en Londres, el gobierno ha implementado duras medidas restrictivas en contra de los inmigrantes, y promueve la muerte asistida entre los ciudadanos. Una parte de la población está alienada por los medios de comuinicación. Lloran la muerte de “Bebé Diego” el humano más joven del que se tiene noticia, pero les importa poco la Situación de los inmigrantes.

Theo Faron (Clive Owen), un burócrata con conexiones, es contactado por su ex-pareja (Julianne Moore) que encabeza un grupo de activistas pro-vida. Necesitan que consiga documentos para sacar del país a una muchacha. Durante el proceso la lidereza es asesinada y se complica la fuga. Theo descubre que la muchacha está embarazada y los activistas quieren usar el nacimiento del nuevo humanos como botín político. Decide ayudarla a escapar.

Es el clásico relato del hombre común que se convierte en héroe por estar en el momento y el lugar correcto (o equivocado, según se quiera ver), eso no la hace una cinta tan convencional, es mejor de lo que suena. Es uno de esos relatos que usando la ciencia ficción extrapola la crítica a la sociedad contemporánea. Es fabuloso ver un futuro tan realista, sin autos voladores, sin estética Mac y sin realidad aumentada. Parece que dentro de algunos años las cosas serán muy parecidas… pero con sobrepoblación.

Dos cosas me parecieron excesivas: la actitud de Jasper (Michael Caine), un caricaturista político adicto a la marihuana, es como un adolescente con vejez prematura; y la escena en donde Theo rescata a Kee con el bebé en Bexhill con los rebeldes, civiles y militares haciendo alto al fuego, rindiéndoles pleitesía al recién nacido. Ya sé que es un elemento simbólico, pudo ser una escena más contenida, hasta la música es de santidad.

Las mejores, según yo, escenas fueron las de mayor acción. Imagino lo complicado que debieron ser filmarlas por esos planos tan largos, continuos y tantas cosas que suceden a cuadro. El asesinato y persecución dentro del auto, en que la cámara flota entre los pasajeros es increible. Lo mejor es que no tienen score, así la tensión recae en lo lo que vemos y el sonido, supuestamente, del ambiente. Confieso que cuando atraviesan la manifestación de yihadistas me acaché, eso habla muy bien de la película… y muy mal de mí, creo. Es una cinta inteligente que vale la pena ver tanto por la temática que aborda como por sus innovaciones técnicas.

P.D. Es lindo el homenaje a Pink Floyd con el cerdo flotando sobre las chimeneas de la planta eléctrica; y si yo pudiere también tendría al David en vestíbulo y el Guernica en el comedor, hasta ahora tengo una copia de la Última Cena.

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